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Choque con la realidad

Buscar un futuro mejor, o simplemente creerse el cambio, es una de las características de los jóvenes. No solo en el año 2022, sino que desde el inicio de la sociedad moderna. De este modo, visitar la sala de redacción del periódico El Nuevo Día se convierte en una forma en que los periodistas en formación de la Universidad de Ibagué se acercan a ese lugar, que para ellos, será ese salón que los verá aportar a la construcción de un país de oportunidades. Un espacio en donde la información no estará al servicio de los poderosos, sino que permitirá darle voz a los indefensos y aportará al bien de la comunidad. 

Los nervios, ansias y ese espíritu de curiosidad acompaña la llegada a aquella ordenada oficina. Ver a los futuros colegas escribir en Word, abrir Audition o entrevistar a aquel personaje enigmático de la ciudad solo llena sus ganas por estar en esa posición. Ser esos trabajadores, que a pesar de su salario, tienen un destacable brillo en sus ojos. Aman lo que hacen. Sin embargo, las palabras “los jóvenes salen de la universidad y creen poder cambiar el periodismo, pero no es así” explotan esa burbuja de ilusiones y sueños que construyeron. Aunque, ¿en qué momento surge ese precepto? ¿Por qué razón se considera que no es posible un cambio? 

 

Lo que puede ser una nimiedad, cobra relevancia en el periodista en formación. Estar en un momento en su vida, en donde evidencia las falencias en aquello que ha estado siempre, impulsa su deseo en querer hacer las cosas distintas. De alguna manera, esto es lo que incentiva el ambiente universitario, o mejor, el periodismo universitario. Como expresó Brayan Quevedo, estudiante de Comunicación Social y Periodismo de la Universidad de Ibagué: “La universidad es una base que nos ayuda a elegir esas herramientas que nos permiten aportar a un periodismo de calidad”. Durante su época de formación, los jóvenes son una esponja que intentan absorber todo lo que se les cruza, con el objetivo de influir en la mejora del ejercicio. 

“Yo quiero aportar al periodismo deportivo, en que haya más acceso al rol de la mujer en esa rama, porque sé que no lo hay. A pesar de que la situación está cambiando”, dijo Ana María Cifuentes, estudiante del Programa Comunicación Social y Periodismo. La falta de oportunidades, la centralización de la información, el amarillismo y la relevancia que se le brinda al clic son algunos de los tantos elementos que los jóvenes creen necesitan cambiar. No es falaz el hecho de que no es fácil llegar a un sistema y lograr cambiarlo. De la misma manera que no lo es el argumento sobre lo autodestructivo que es ser costumbrista de la norma. No está mal buscar un cambio, pero no se debe vivir en una burbuja.  

 

Desde la creación del primer medio de comunicación en Colombia, se evidencia como la mayoría de estos se centran en Bogotá. El país tiene como una de sus principales características la centralización. No obstante, en la actualidad los medios regionales tienen más relevancia en el debate nacional, porque cada vez hay más espacios de información. Asimismo, es común encontrar medios digitales que narran la historia de los tolimenses. Para que se lograra esto, se tuvo que analizar aquello que fallaba en el sistema de los medios y así conseguir un cambio en eso que no aportaba a la construcción de un mejor país. 

 

Foto de: Alejandro Vargas.

El choque con la realidad es inevitable en cada aspecto de la vida, debido a que los jóvenes, o seres humanos, arman expectativas que son irreales. Nicolás López, practicante de PYC, declaró: “La universidad tiene un elemento fundamental, debido a que hay cosas que no se aprenden. Conocimientos que solo se adquieren en el ejercicio mismo”. Esto ejemplifica el hecho de lo imposible que es no tener un golpe de realidad. Sin embargo, este no significa que no se pueden hacer las cosas distintas o que de ninguna manera se puede aportar al cambio. 

 

Ejercer un periodismo distinto inicia desde ahora. Si se tiene esa necesidad de cambio, no significa que se debe esperar hasta la entrada al mundo laboral, porque el oficio se desempeña desde la etapa de formación. Asimismo, es probable que el objetivo final no sea trabajar en los medios de comunicación tradicionales, ya que es complejo tratar de revolucionar una estructura que está desde siempre. Por ello,  “hay que apuntar a los medios alternativos, que nosotros mismos podemos crear, y nos dan esa libertad de cambiar, de hacer las cosas diferentes”, afirmó Alejandro Vargas, estudiante de comunicación social. Esto no denota que todo lo que hay en el presente está mal o que es posible obviar las enseñanzas de los futuros colegas. 

 

Caminar por esa sala de redacción, sentir el olor del trabajo duro y el esfuerzo y escuchar las palabras de los futuros colegas devuelve a los estudiantes a su ensoñación. Ellos desean estar allí al terminar su formación universitaria. Salen de este admirado lugar con nuevas enseñanzas, ven el periodismo desde una nueva perspectiva y comprenden aquello que a veces critican, el periódico Q’hubo. Poner un pie fuera de aquel edificio representa una promesa de volver allí, pero en otro rol.  Significa su deseo por aportar a la sociedad. Si quieren un cambio, la principal regla es no resignarse a creer que no puede existir algo mejor.

Foto de: El Nuevo Día. 

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